Relatos de fantasmas

martes, 20 de agosto de 2013

La Cuda



Cuentan que en la profundidad de los bosques de la ceja de selva y selva aparece un ave nocturna a los caminantes solitarios. Es un ave pequeña que puede hablar y reír. Su apariencia y colores cambian, pero su canto es el mismo: "cudá- cudá" parece decir, y de ahí proviene su nombre.



Se dice que capta la atención del viajero, lo atrae con su canto y risa. Le habla, lo convence de internarse en el bosque... y de él no se vuelve a saber mas...



A la Cuda se le describe como una mujer de cabellos muy largos y buena figura. Se le ve siempre de espaldas o de lado, sentada para disimular su cojera. Algunos dicen que la Cuda tiene la mitad del cuerpo de pez, de reptil o ave. Otros dicen que su única diferencia es la pata de gallina que le provoca la cojera característica y brincos que da para alcanzar a sus victimas. Sin embargo el trasfondo es siempre el mismo: un demonio en forma de mujer que atrae hombres para perderlos en el bosque y devorarlos...



Esta historia ocurre en una base de la cuenca del Cenepa, varios años después del conflicto.
Era una noche tensa, con lluvia y relámpagos- algo usual en la selva- y las quejas de un soldado que regresaba de un torreón.
- Hay una mujer en la piedra frente al pv6- decía el soldado.
El suboficial, que conocía bien el lugar le recomendó a los soldados de guardia no mirar a aquella mujer, ignorarla, no caer en sus tentaciones.
Los soldados que iban al pv6 decían que la mujer estaba sentada en una roca frente al cuartel. Les daba la espalda y jugueteaba con sus cabellos, mientras emitía un sonido agudo, similar al maullido de un gato.



Pasaban las horas y la tensión aumentaba. De pronto un zumbido se escucho alrededor de la base, cerca al dormitorio de suboficiales. El zumbido iba mutando al llanto de un bebe o el maullido de un gato. Uno de los suboficiales reconoce a la Cuda y la insulta, ordenándole que se alejara. Poco a poco el zumbido desaparecía.

Faltaba media hora para el relevo y el suboficial escucha movimiento en la guardia, por lo que sale a ver lo que ocurre.



Sucedió que a las dos y cuarto la ronda interna pasa por el pv6 y encuentra al centinela nervioso, sosteniendo con fuerza el fusil y acurrucado en su torreón. El soldado decía que había una mujer frente a su posición. El oficial de ronda lo tranquilizo y le dijo que no se mueva de su torreón, que nada le pasara. Y que si algo ocurría que abra fuego.



A las dos y cuarenta se escuchan balazos en el pv6. Al llegar la ronda encuentra al centinela tendido, con los ojos muy abiertos y espuma en la boca. El soldado temblaba y aun tenia el dedo en el gatillo del Galil. La ronda lo lleva a la sala de guardia para reanimarlo.



-La Cuda... la Cuda... fue la Cuda...- repetía el soldado semiconsciente. Poco después el soldado moría frente a sus compañeros, y la el llanto de la Cuda se desvanecía en el fondo del cuartel.
En adelante, cada noche de lluvia en que la Cuda paseaba por los alrededores se enviaba a los soldados en parejas a los torreones y con ordenes de no mirarla.
La Cuda es el terror de a selva, junto a otros demonios como el Tunche o las sirenas, que los nativos  conocen y respetan, porque los consideran también protectores de la selva.







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