Así empieza la mayor construcción militar de España en América, siendo conocida por sus dos fuertes a los costados, como los Castillos del Callao
Pero no fue contra piratas, sino un tiempo después, durante la independencia, que empieza la historia de sangre y fuego de esta fortaleza. Rechazó a Brown y a Cochrane, forzando a San Martin a desembarcar en Pisco y no en el Callao.
Epidemias, torturas, ejecuciones, desesperación y violencia. El capitulo mas oscuro fue el sitio por los patriotas a un realista español, el brigadier Rodil, quien se negó a reconocer la Capitulación de Ayacucho y se mantuvo junto a sus tropas hasta consumir el ultimo recurso de la fortaleza.
Tan triste fue aquel capitulo, que al quedarse sin provisiones tuvieron que cazar hasta la ultima rata que quedaba en la fortaleza. A esto se sumo un intento de sublevación que fue detectado, sofocado y uno de sus responsables ejecutado. Al desatarse una epidemia en el Real Felipe y al ver que los refuerzos de España no llegaban, el brigadier entrego la plaza a los patriotas. Tres mil hombres murieron durante esa resistencia...
Luego tuvo cierto protagonismo en la Guerra contra Chile, y varias revueltas décadas después. Sus gruesos muros ahora albergan también al Museo del Ejercito.
Los centinelas y guías de la fortaleza cuentan varias historias, algunas mas famosas que otras. Como la de una mujer con vestido blanco, que aparece a media noche en la puerta del torreón del rey, cantando, llorando y lamentándose. La mujer parece levitar, y es una de las apariciones mas frecuentes.
Según cuentan, la mujer seria Micaela Villegas, la Perricholi, amante del Virrey Amat. Ella solía esperarlo en el puente que hay entre la torre y el resto de la fortaleza.
Quienes hacen las rondas nocturnas sienten soplidos, mareos, sienten que caminan y no avanzan, que las paredes los sofocan y absorben su energía. Lamentos, llantos, disparos, gritos desgarradores y canticos. No es raro toparse con algún pirata del siglo XVIII, alguno de los que fueron capturados y torturados hasta morir tal vez.
Una niña juega entre las vitrinas del museo, algunos le dejan caramelos cariñosamente que al amanecer han desaparecido. Es el fantasma mas querido de la fortaleza.
Otros no son tan tiernos, y provocan horror y desesperación a la vista. Algunos soldados se han suicidado por el terror de alguna aparición o han perdido la razón.
Los calabozos son otra parte muy recargada. Calabozos en los que hacinaban hasta 60 hombres en condiciones infrahumanas y castigos brutales, y ahora se repiten los llantos y gritos de aquella horrorosa época. Tanto corsarios capturados como enemigos de la corona, eran torturados continuamente.
No solo en la noche, también de día ocurren sucesos extraños. No hay horario para el horror. Caballeros coloniales caminando por los pasillos y el ruido de cadenas. Los gritos y cantos macabros no acaban.
A pesar de las apariciones, es destino obligado de los escolares por la historia que encierra. Se ha grabado psicofonías y varios investigadores paranormales lo visitan, pero aunque ya no funciona como prisión, nadie ha podido ayudar a quienes siguen atrapados en ella...