Relatos de fantasmas

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viernes, 3 de junio de 2016

El Embarazo

Dicen que sin hijos, el hogar no es completo. Por eso el matrimonio Valera se sentía tan inconforme, pues ya eran algo mayores, y las posibilidades de tener hijos parecían muy lejanas…



Con todo, los esposos decidieron hacer un último esfuerzo. Escucharon de nuevos tratamientos de fertilización, y quisieron probarlos. Consultaron a diferentes médicos, se sometieron a exámenes y finalmente empezaron el tratamiento.
Por ese tiempo, contrataron a una chica proveniente de la selva para que ayudara a la señora en las tareas cotidianas. La muchacha tendría unos 19 años, era guapa y sobre todo, muy atenta con el señor Valera. Tanto que no pasó mucho para que ambos tuvieran una relación a espaldas de la señora…



Pasaron los meses, y la señora no quedaba embarazada. El señor decidió cortar la relación que tenía con la empleada, para poder dedicarse por completo a su esposa. La muchacha se resistió al principio, pero luego, para sorpresa del esposo infiel, se mostró serena y quiso seguir trabajando, prometiendo que no volvería a ocurrir nada entre ellos.



Todo siguió con normalidad, hasta que la joven le ofreció a la señora un tratamiento tradicional que, según dijo, hizo madre a su tía abuela a los 56 años… La señora, deseosa de ser madre a toda costa, aceptó sin decirle a su esposo. Al siguiente día dejó que la muchacha fuera a su tierra por las hierbas que solo crecían allá, y que eran muy necesarias.



Así, a base de infusiones, preparados y baños en hierbas, la señora quedó embarazada. Parecía un milagro, el esposo agradeció a los médicos, suponiendo que era gracias a ellos la venida del tan esperado hijo. Por su parte, la esposa guardó silencio y siguió cada cosa que la muchacha le decía al pie de la letra…



Cada mes la muchacha recibía paquetes desde su tierra, con todo lo que usaba para el tratamiento de la señora. A los 3 meses le aconsejó dejar de asistir a los controles médicos, algo que la esposa obedeció en contra de su marido. A los 5 meses el vientre era abultado, a los 7 empezó a sentir golpes en las noches, y a los 8 estaba ya todo preparado para el alumbramiento. La muchacha pidió permiso para ir a su tierra, y no volvió mas…



A los 9 meses todo debía estar listo, pero algo estaba mal. Decidieron ir al médico, éste no veía movimientos, ni sentía latidos. Los Valera estaban desesperados. Le programaron una cesárea urgente, y mientras la mujer estaba en la sala de operaciones, el esposo oraba a todo santo que conocía, pero de poco sirvió, pues lo que vino luego le demostró que el mal está más presente de lo que creían…



Sucedió que en la operación, al abrir el vientre de la señora, no encontraron un bebe muerto, como tal vez esperaba el médico, sino algo mucho peor: una cabeza de perro…




Los Valera no pudieron ser padres biológicos, pero adoptaron una niña cuando el trauma fue superado. Los médicos documentaron el hecho, y creo salió en algunos periódicos. De la chica selvática, no se supo nunca más…



viernes, 23 de agosto de 2013

Los Fantasmas de la Quinta Heeren

Al este del Cercado de Lima, en la parte mas alta del casco histórico de Lima se encuentra Barrios Altos, antiguo asentamiento indígena en el cual existía un oráculo al dios Pachacamac. De aquel oráculo solo sobrevive una piedra en la esquina del Jirón Junín con Cangallo.






Lima se funda cerca al oráculo, así que poco después es absorbido por la expansión. Así, a mediados del 1500 el oráculo era destruido y en su lugar edificaban una iglesia, a la que bautizan en honor a Santa Ana, por lo que los alrededores se denominan Barrio de Santa Ana, el futuro Barrios Altos.



Para el s. XVIII Ya concentraba casi la mitad de la población limeña, y al s.XIX eran edificados bellos edificios. Entre ellos destaca un conjunto habitacional de estilo europeo-austrohúngaro-, construido por el alemán Oscar Augusto Heeren.



La Quinta Heeren- que es como se le conoce- tuvo entre sus inquilinos a personajes importantes de la sociedad limeña de los siglos XIX y XX, siendo también sede de diferentes embajadas.



Entre sus antiguos e ilustres inquilinos resalta un japonés acaudalado, el tesorero de la colonia japonesa en el Perú, Seiguma Kitsutani.



Don Kitsutani invirtió su dinero en diferentes negocios, con tan mala suerte que los mas importantes fracasaron. Pero fue la perdida de su mercadería en el naufragio de dos barcos, la que lo deja en banca rota. Con sus negocios acabados y considerando su honor perdido, decide poner fin a su vida- siguiendo las costumbres del Japón Imperial-. Así, se dirige a la parte denominada "el palacete" y en una silla que aun se conserva, se quita la vida.



Es ahí donde empieza el martirio de la Quinta y su mas famosa leyenda. El fantasma de Kitsutani vaga por el edificio, lamentándose por su mala suerte y los negocios perdidos. Y no solo los inquilinos, sino también sus visitantes ocasionales, quienes sienten y escuchan al antiguo comerciante.



 El japonés camina molestando a los inquilinos, en venganza tal vez por su desdicha. Siendo el fantasma mas celebre de la Quinta, pero no el único. De  tiempos coloniales regresa un español ejecutado por un delito que supuestamente no cometió. El español pasea a inmediaciones de la Quinta en su caballo blanco produciendo un sonido de cadenas arrastrando.



Son muchos los fantasmas de Barrios Altos, pues entre sus edificios ocurrieron varios hechos de sangre a lo largo de su historia, desde la época colonial, hasta los tiempos del terrorismo...