



Imagen extraída del blog dosyveintidospm.blogspot.com
La niña entró, se desvistió y reventó el huevo en su frente. De pronto, una serpiente macanche salió de un agujero y se deslizó por las piernas de la pequeña, subió por su torso y empezó a lamer los restos de huevo que chorreaban.
La madre horrorizada rescató a su hija de la serpiente y se la llevó a casa. Al llegar le reclamó, recibiendo de su hija una disculpa pero negando también el encuentro con la serpiente. Aseguraba que el huevo si era para un niño que huyó cuando la vió, uno que describía como pequeño, de cabellos rubios y ensortijados, mejillas rosadas y ojos celestes. Era idéntico al Divino Niño Jesús que veneran tanto en el norte de Perú y sur de Ecuador.
La madre estaba asustada, prohibió a su hija volver a esa casa. También empezó a llevarla personalmente al colegio y recogerla al salir. Así pasaron algunas semanas, hasta que la niña empezó a enfermar. La mujer la llevó a una posta médica, donde le diagnosticaron anemia y cinco semanas de embarazo.
Por ser menor de edad dieron parte a las autoridades para que investiguen lo que parecía un caso de abuso, pero sólo consiguieron confundir más a la madre al comprobar que la niña conservaba aún su virginidad...
Lo que sucedió luego es incierto porque tanto madre como hija desaparecieron. Las autoridades volvieron a su humilde casa, pero la encontraron vacía y los vecinos negaron saber sobre su paradero. Sin embargo, es secreto a voces entre la gente de la zona que al ver el exagerado crecimiento del vientre de la niña,la señora acudió a un brujo viejo de las alturas de Piura.
Éste le aseguró que la niña estaba embarazada del demonio, quien haciéndose pasar por una entidad familiar y divina para la niña, había consumado el acto. Le recomendó además extraer al bebé en medio de un ritual, pues no sobreviviría al parto porque ya el feto endemoniado estaba formado y no era eso normal en tan poco tiempo.
Según dicen, el ritual se realizó pero la niña murió durante el aborto. La madre huyó a Ecuador, donde, consumida por la tristeza de perder a su única hija de esa forma, perdió también la razón y terminó en un albergue...
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