La Guerra del Pacifico (1879-1884) es un capitulo negro de la historia peruana.
Ocasiono la perdida de miles de vidas, amputación de territorio, ruina total de
la economía y el aniquilamiento de la Marina de Guerra.
Después de derrotar al Almirante Grau, Chile era dueño del mar, pudiendo
desembarcar sus tropas donde quería. Así empiezan a concentrarse tropas para
tomar Lima, con la esperanza de presionar al Gobierno peruano y acelerar su
rendición.
Sin embargo, mientras desembarcaban las tropas enemigas, los peruanos se armaban para la
defensa. Un intento desesperado de los vecinos, soldados sobrevivientes e
indígenas reclutados en los Andes para salvar la dignidad nacional.
Sin preparación militar- a excepción de los
soldados- y con armas de todos los calibres que complicaban el aprovisionamiento
de munición, veinte mil hombres de todas las edades y clases sociales estaban dispuestos a defender
su ciudad de 23 000 soldados que venían de combatir con éxito en los desiertos
del sur.
La tragedia se veía llegar...
A la convocatoria se unió un joven de clase alta, quien acababa de casarse y
se despedía con dolor de su amada.
El muchacho se negó a salir del país, pero se
encargo de que su esposa encontrara refugio en uno de los buques extranjeros que
observaban las acciones y ayudaban a los civiles que podían. La despedida fue
corta, pero no por eso menos triste.
Es así como el 13 de enero se inicia el ataque. Ocho horas de encarnizado
combate, que acaban en saqueos e incendio por las tropas invasoras en Chorrillos
y Barranco, y una tregua en la que ambos bandos se organizaron para un próximo
combate, el cual llegaría dos días después.
Mientras tanto la esposa del joven no encontraba consuelo. Su desesperación
era incontenible, y en cuanto acabo todo busco a su esposo. La mujer busco en
conventos y hospitales, preguntando a cuanto conocido encontraba. Busco y busco,
pero no encontraba a su esposo.
Pasaron los días, la guerra acabo y la ciudad se reconstruyo, pero la mujer
no encontraba a su esposo y tampoco tenia intenciones de rendirse. Caminaba
entre Chorrillos y San Juan, sin importarle ya los años ni los comentarios de la
gente. La mujer había perdido la razón...
Aun a comienzos del siglo XX se veía a la mujer en las pampas de San Juan, con su vestido largo, velo negro y luz en mano. La mujer busco a su marido sin descanso hasta su muerte.
Sin embargo,
mucho después de eso aun su figura recorría las calles y pampas. Los automovilistas
decían que una mujer caminaba en la Panamericana sur, y procuraban no mirarla,
pues cuando lo hacían la sentían en el asiento trasero o el del copiloto.
Dicen que mas de uno enloqueció al topársela. Algunos automovilistas que
viajaban solos por esa vía escucharon un llanto terrible y vieron a la mujer por
el espejo, justo detrás de ellos. Otros se detuvieron para ayudarla,
desapareciendo en sus ojos en medio de la carretera.
Uno dijo haberla atropellado, pero al bajar e intentar ayudarla la mujer
estaba al otro lado de la carretera mirándolo y llorando desconsoladamente.
Los testigos dicen que la mujer infunde terror, pero también tristeza. Es una
pobre viuda consumida por el dolor. Jamás apareció su esposo, y eso la
trastorno. Sin embargo tiene otras historias menos románticas, que hablan del
abandono de su esposo poco después del matrimonio, o el asesinato de esta a su
marido y su posterior locura. En fin, en lo único que coinciden es en un amor
trunco que desespero a la mujer y la enredo en la locura. Por eso no encuentra
descanso y vaga por las pampas de San Juan, tal vez hasta encontrar a su amado
sin importar el motivo de su separación...
Buen blog
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