Relatos de fantasmas

lunes, 25 de abril de 2016

La muñeca de trapo

Esto ocurrió al norte del país. Una familia joven tenia una hija, y al mudarse a una casa mas grande quisieron llenar el cuarto de su hija con juguetes nuevos.
Peluches, muñecas, ollas, vajillas y todo lo que en la época se consideraba correcto para la educación de la futura ama de casa...




Estaba lleno el cuarto, con juguetes por todos lados y pintado del color que le gustaba. La niña estaba feliz, pero sus expectativas fueron superadas cuando llegó el regalo de la abuelita materna: una muñeca de trapo cocida por ella, con amor para su nieta, a la que no tenía el gusto de conocer todavía...




 La muñeca no era tan bonita, incluso era tosca, pero la niña se encariño a primera vista con ella. Además era un regalo de la abuela, la misma que hasta la fecha se negaba a conocer a la niña. Al parecer, la señora cambiaba su actitud y quería demostrarlo así.




El paquete en el que llegó traía también varios vestidos y lazos para que la niña escogiera como vestir a la muñeca. Su papá le compro un cochesito y su mama la ayudó a elegir un nombre. Y tanto quería la niña a su nuevo juguete, que dormía con ella. Y así siguió todo...



Pero un día la mamá descubre que la niña tenía un moretón en la pierna. 
-Fue Irene- dijo la niña- pero fue porque no quise despertarme a conversar con ella...
La madre no dio mucha importancia, pero cada vez se repetían excusas como ésta. Primero fue el moretón en la pierna, luego el vestido cortado, la camisa del papá manchada, las paredes y muebles rayados. La respuesta era la misma:
-Irene está molesta...




Las travesuras de la niña eran cada vez mas grandes, y la madre le advirtió que a la siguiente travesura, Irene se iba. Pero ésto no solucionó nada. Apenas acabó de decirlo y estaban ya las cortinas rotas. Para castigar a la niña, la madre le quitó a la muñeca y la escondió en su cuarto, pero al amanecer estaba la muñeca otra vez en la cama de su hija. La niña dijo que la muñeca llegó sola...



Los padres estaban confundidos, pero la confusión pasó a preocupación cuando los rasguños y moretones aparecían con mas frecuencia en la niña, mientras ésta rechazaba al juguete.
-Irene me pega- decía la niña mientras empujaba a la muñeca.



Una noche la madre sacó a la muñeca a la sala, y a media noche escuchaban los gritos de su hija. Al entrar encontraron a la muñeca sobre la niña, y a ésta aterrada tapándose los ojos. La siguiente noche la niña insistió en dormir con sus padres, pero se repitió el suceso. A media noche la niña gritaba, y al despertar la veían con la muñeca sobre ella. Esto en la propia cama de los padres...





El papa tiró a la muñeca a la basura, y esa noche pudo dormir tranquila la niña. Pero a los tres días la niña corría al cuarto de sus padres llorando y gritando:
-Irene está en mi cuarto, y se  ha puesto otro vestido porque dice que por culpa de mi papa se ensució el otro...
Efectivamente, la muñeca estaba sobre la cama de la niña, con un vestido limpio y el sucio con el que fue echada a la basura al lado...



Los papas trataron de deshacerse de la muñeca una vez mas, pero el resultado fue el mismo. La muñeca regresaba a media noche, y según la niña, se lanzaba sobre ella tirando de sus cabellos... 
Por eso, los padres acudieron a un párroco, quien llegó con un grupo de oración para bendecir la casa. Pero al llegar la muñeca no estaba. La buscaron por el cuarto de la niña y toda la casa, pero no estaba. Hasta que notaron que el mantel de la mesa del comedor estaba sucio, y al revisar encontraron a la muñeca bajo la mesa, con una cebolla en la mano...



Sacaron a la muñeca, la pusieron sobre la mesa y al empezar las oraciones la muñeca empezó a llorar... El párroco pidió que no cesaran, pero al echar agua bendecida la muñeca se levantó y comenzó a correr...

Los presentes la siguieron por toda la casa, la muñeca saltaba, gritaba y lloraba pero pudieron cogerla, la amarraron a una silla y acabaron la ceremonia con la muñeca gritando y llorando desesperadamente. 




Finalmente la quemaron, pero mientras se consumía descubrieron que entre el relleno había semillas, una foto de la niña con su mamá y lo que parecía un órgano de animal reseco. Después de eso la calma regreso a la familia...




La historia me fue contada por uno de los testigos, miembro del grupo de oración, quien me dio la dirección exacta de la casa donde ocurrió, el año y el apellido de la familia. Si fue cierto o no, lo ignoro. Solo quise compartirla...


















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